La miel, conocida como el oro líquido, ha sido reconocida en todo el mundo por sus propiedades curativas sobre la piel. Los antiguos griegos y egipcios, por ejemplo, utilizaron la aplicación tópica de miel para tratar heridas y quemaduras. De hecho, la medicina tradicional persa documentó que la miel es efectiva en el tratamiento de heridas, eczema e inflamación.

¿Qué hace la miel por mí? Además de ser un alimento nutritivo, la miel limpia suavemente la suciedad y las impurezas de la superficie de la piel, sin arrancar las grasas naturales de la flora cutánea. En nuestro jabón facial, esto significa que controla la grasa pero al mismo tiempo mantiene hidradata la piel (perfecto para la grasa en la “zona T” de la cara). Gracias a que la miel equilibra la producción de grasa e hidrata la piel seca, este ingrediente es el aliado perfecto para controlar el acné.

La miel es excelente para todo tipo de pieles. Incluso para las más sensibles, con eccema, rosácea o psoriasis. Está llena de agua floral que contiene glucosa, fructosa, aminoácidos y vitaminas A, B y C. Estos elementos que contiene la miel permiten remover las células muertas de la piel para dejarla suave y renovada.

Los antioxidantes naturales presentes en la miel ayudan a prevenir las arrugas y líneas finas en la cara. Nuestros productos Hesena hechos con miel de abeja ayudan a aumentar la elasticidad de la piel, por lo que se verá joven y brillante.